La queimada, tiene un origen antiquísimo, siendo una  mezcla de tradición popular , espiritista y animista, cuya finalidad es ahuyentar los espíritus malignos y fomentar la hermandad entre los presentes.

En este legendario ritual, se funden los elementos sagrados que están representados por la tierra que sería el cuenco de barro, el aguardiente representa el agua, el aire es el que eleva las llamas y finalmente el fuego purificador.

Los celtas creían que el fuego purificaba tanto el alma como el cuerpo y así mismo alejaba todo espíritu del mal y todo encantamiento, por ello adoraban al fuego como espíritu terrenal del sol.